Carlos Araya, rector de la UCR: ‘Las amenazas no tendrán la última palabra en nuestra Universidad’

Decenas de miembros de la comunidad universitaria participaron de la jornada de reflexión

Fuente: Óscar Rojas

La Universidad de Costa Rica (UCR) realizó este jueves 4 de diciembre una jornada de reflexión por la no violencia. El evento fue convocado por la Rectoría debido a las amenazas sufridas por la entidad y por uno de sus funcionarios en las últimas semanas.

Carlos Araya Leandro, rector de la UCR, rechazó de forma contundente los intentos de atemorizar a la comunidad universitaria a través de mensajes que advierten de tiroteos en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, en sedes regionales o en recintos ubicados en todo el país.

“Ninguna amenaza tendrá la última palabra en nuestra Universidad”, declaró Araya frente a decenas de participantes.

Con ese mensaje, reafirmó el compromiso de la institución con la defensa de la paz, el respeto y la convivencia democrática, aun en un contexto nacional que exige fortalecer los espacios de diálogo frente a expresiones crecientes de intolerancia y polarización.

Araya destacó que la Universidad es, por vocación y mandato histórico, un territorio donde las diferencias se escuchan y donde el disenso se cultiva de forma responsable.

“La intolerancia, la violencia y los discursos de odio no tienen cabida en una comunidad que se debe al conocimiento, a la dignidad humana y al bienestar social”, señaló.

La jornada incluyó espacios de reflexión colectiva, actividades culturales y la instalación de pizarras en el Pretil, donde estudiantes, docentes y personal administrativo pudieron escribir mensajes de apoyo, solidaridad y defensa del espíritu universitario.

Patricia Fumero, directora del Consejo Universitario, también hizo un llamado al respeto, a la sana convivencia y a la defensa de la democracia en medio del contexto de polarización que enfrenta el país.

Con esta actividad, la Universidad de Costa Rica reiteró su compromiso de velar por la seguridad de su comunidad y de proteger la integridad de todas las personas que forman parte de ella, sin renunciar a los valores que sustentan su misión académica, científica y social.