El doctor Carlos Araya Leandro durante su presentación del informe de labores anual
Fuente: UCR
Frente a decenas de miembros de la comunidad universitaria, Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), presentó su primer informe de labores frente a autoridades universitarias, representantes estudiantiles, exrectores y público general que siguió la actividad a través de Quince UCR, Radio UCR y plataformas digitales.
En su intervención, el rector destacó que la institución, a lo largo de sus 85 años, ha sido un pilar del Estado Social de Derecho y la democracia costarricense. Además, subrayó que, en un contexto mundial de cambios acelerados, el conocimiento, la educación pública y la cooperación solidaria siguen siendo herramientas esenciales para preservar la dignidad humana y fortalecer la convivencia democrática.
Araya señaló que durante su primer año se ha centrado en reconstruir confianzas, ordenar la planificación institucional y consolidar una gestión basada en el diálogo, la proximidad y el humanismo.
Entre los logros destacó la creación del Observatorio de Datos Institucional, la consolidación de la Red de Mujeres en Ciencia, Tecnología y Humanidades, la puesta en marcha de la Unidad de Convenios y Acuerdos Institucionales, y la implementación del Reglamento de Régimen Salarial Académico, instrumentos orientados a la transparencia, la modernización y la toma de decisiones informada.
Asimismo, destacó los nuevos cimientos del sistema institucional de gobernanza en Inteligencia Artificial y la creación del Clúster STEM, como apuestas estratégicas para el futuro académico y científico del país.
Uno de los puntos centrales del informe fue la defensa del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES). En ese sentido, el jerarca explicó que la redistribución aprobada en el Consejo Nacional de Rectores en 2024 es “absolutamente lesiva” para la UCR, pues limita la recuperación real por inflación en los próximos años. En el caso particular de la recuperación de los fondos postergados en 2020 y 2021 que se recibirán en los próximos años, producto del acuerdo de redistribución de setiembre de 2024, redundará en una pérdida superior a los ₡20.800 millones para la Universidad de Costa Rica.
Además, rechazó las narrativas de que la UCR no aporta al desarrollo de otras universidades estatales y recordó que, en los últimos años, la entidad ha aportado más de ₡123 mil millones al Fondo del Sistema en la última década y que en los próximos cinco años aportará ₡78 mil millones adicionales.
“Defender el presupuesto institucional no es un acto egoísta, sino una responsabilidad con el país, con la ciencia, con la cultura y con miles de familias que confían en esta institución”, afirmó Araya.
El rector también se refirió al impacto de la reciente resolución de la Sala Constitucional sobre las anualidades de 2020, tema que calificó como complejo y sujeto a un análisis jurídico exhaustivo para determinar su alcance en el periodo 2021–2025.
En materia de infraestructura y equidad territorial, Araya resaltó la inversión en las sedes regionales, con más de 18.000 metros cuadrados en proceso de construcción y una inversión superior a ₡12.000 millones.
También enfatizó que el 28% del estudiantado está matriculado fuera del campus central, que el 49% de la oferta académica se imparte en sedes regionales y que la cobertura de becas alcanza al 54% de la población estudiantil, con porcentajes aún mayores en zonas de mayor vulnerabilidad como las sedes del Sur, del Caribe y del Atlántico. La reorganización del calendario universitario, aprobada este año, fue presentada como una transformación cultural orientada a mejorar la equidad y el bienestar estudiantil.
El informe también repasó los avances en excelencia académica, investigación e innovación. Durante 2025, la universidad mantuvo 1.779 proyectos activos, consolidó seis nuevas acreditaciones de SINAES, duplicó la matrícula STEM respecto a otras instituciones del país y registró 12 solicitudes de patentes. Se cerró exitosamente el Proyecto HÉLICE, se inició la negociación de una segunda fase con cooperación regional y se fortaleció la internacionalización con 31 nuevas becas para estudios en el extranjero. Además, la acción social mantuvo su alcance histórico con 742 proyectos que articularon conocimiento y compromiso humanista en los territorios.
Araya hizo también un llamado firme ante el clima de amenazas y desinformación que atraviesa el país. Recordó que la UCR ha sido objeto de acciones intimidatorias durante 2025 y aseguró que estos hechos “no pueden ni deben normalizarse”. Subrayó que la institución debe seguir siendo un espacio donde prevalezcan la verdad, la razón y el pensamiento crítico, especialmente en un contexto electoral en el que la ciudadanía requiere información rigurosa para ejercer un voto consciente.
Hacia el futuro, el rector planteó desafíos estratégicos como la transformación digital de la Universidad, la modernización normativa para facilitar la investigación y la ejecución presupuestaria, el fortalecimiento de la innovación y la actualización de la oferta académica. También destacó la urgencia de realizar estudios institucionales profundos sobre repitencia, abandono y tiempos de graduación, con el fin de diseñar políticas más efectivas de acompañamiento estudiantil.
“El futuro de la Universidad se construye colectivamente”, afirmó Araya al cierre de su informe. “La UCR no pertenece solo al presente: pertenece al porvenir de la nación. Con esperanza, con ciencia y con humanismo, seguiremos construyendo la Universidad que Costa Rica necesita y que las próximas generaciones merecen”.