UCR cumple 80 años de importantes procesos internos y aportes al servicio del país
Publicado: 2020-08-26
La formación humanística de estudiantes desde siempre ha sido una característica básica de la UCR. En la fotografía se observan jóvenes universitarios en el antiguo edificio de Ciencias y Letras (hoy Escuela de Estudios Generales), el 4 de marzo de 1957. Crédito: Archivo Universitario Rafael Obregón Loría.
Muchas cosas han ocurrido desde el ya lejano año de 1940, cuando la II Guerra Mundial azotaba el mundo y el país no dejaba de sufrir los embates de la crisis provocada por la Gran Depresión de 1929. En aquel año empezaron a gestarse las reformas que dieron origen al Estado Social de Derecho y a las Garantías Sociales. Dentro de este proyecto, un día como hoy, 26 de agosto, nació la Universidad de Costa Rica.
Imposible sería describir con detalle los aportes que la Institución ha dado al país durante todo estos 80 años, o siquiera mencionar todos los momentos importantes que ha vivido la Institución en estas ocho décadas. No obstante, figuras icónicas universitarias ofrecieron su visión sobre los hechos y contribuciones más importantes de la historia institucional a la sociedad costarricense.
La reconocida Investigadora y Catedrática, Patricia Fumero, destacó como los principales legados de la Institución el acceso a la enseñanza y a la cultura que ha brindado a la población nacional, llegando incluso a promover la profesionalización en áreas que resultan claves para buscar soluciones a la difícil situación que vive el país, producto de la pandemia por COVID-19.
“¿Qué hubiéramos hecho sin esa reserva de especialistas – y no solo hablo de médicos generales, sino de quienes desarrollan las investigaciones y los procesos de toma de decisión profundos a partir del conocimiento y de una perspectiva crítica de la sociedad?”, se preguntó Fumero, quien también dirige el Instituto de Investigaciones en Arte (IIARTE).
La Investigadora destacó también la decisión histórica de financiar la investigación que hace la UCR, lo que le permite liderar la cantidad de estudios que se realizan en Centroamérica. Además, denominó al sistema universitario de becas y a la estrategia de regionalización universitaria como pasos trascendentales para permitir a gran parte de la población el acceso a una Educación Superior de calidad.
Por su parte, el Exrector de la UCR, Gabriel Macaya, señaló tres momentos puntuales para la historia de la Institución que terminaron por marcar su destino. El inicial: la primera elección de Rector a lo interno de la Universidad, en 1944, que evitó que esta Institución siguiera bajo la tutela o el dominio del Gobierno de turno. Esto le revistió con un atisbo temprano de autonomía.
“El segundo momento de gran relevancia fue la reforma universitaria, en 1957, la cual convierte a la Institución en un ente humanista, diverso, comprometido con la sociedad, con una forma diferente de formar profesionales y ciudadanos. En fin, una manera distinta de entender la Universidad. Esta reforma todavía tiene vigencia y aún vemos sus resultados”, reseñó Macaya.
En tercera instancia, el Exrector comentó que el desarrollo de la investigación en la UCR, que se da en la Institución desde finales de los años 50, cambió el perfil de la Universidad y la ha posicionado como un baluarte en situaciones críticas, como la que enfrenta el mundo hoy en día.
Para Macaya, todos estos procesos de reflexión autónoma y humanista reafirmaron a la Institución como un centro de reflexión crítica para la gestación de debates, sobre todo en momentos álgidos de convulsión social, como la lucha por ALCOA, en 1970; el Combo del ICE, en el 2000 (cuando él se encontraba al frente de la administración universitaria), y el referéndum sobre el TLC con Estados Unidos, en 2007.
“La UCR se vuelca sobre ella misma en momentos de crisis. Analiza sus capacidades y propone soluciones, además de formar ciudadanos. Creo que la Universidad está en un momento de cambio profundo, sin terminar. Es interesante hacer esa relación con lo que pasó en esas situaciones y lo que pasa ahora. Debemos hacer una autorreflexión que nos lleve a posicionar la Institución en su compromiso con la sociedad”, señaló el Exrector.
En cuanto a los aportes artísticos, la Decana de la Facultad de Artes, María Clara Vargas, quien es además docente de la UCR desde 1987, señaló la profesionalización de los artistas mediante una formación académica completa como la mejor herencia que ha dejado la Institución al país en esta rama.
Ese logro empezó a gestarse con la adscripción de la Academia Nacional de Bellas Artes – creada en 1887 – a la Universidad, en 1940. En esa misma línea, en 1942 se funda el Conservatorio de Música, y en 1944 este queda adscrito a la UCR. Además, en 1950 se crea el Teatro Universitario y 18 años después, la Escuela de Artes Dramáticas.
“Antes no había posibilidades de estudiar Artes. De hecho, en América Latina hay muchos países que no ofrecen esta opción. Así fue como pudimos formar artistas de renombre nacional e internacional, como Francisco Amighetti, Daniel Gallegos, Samuel Rovinski, Benjamín Gutiérrez, entre otros”, recordó Vargas.
La Decana agregó a estos hechos importantes las recientes fundaciones del IIARTE, en 2013, algo muy novedoso incluso a nivel latinoamericano. Otra es la creación del Archivo Histórico Musical, en 1993, y la Etapa Básica de Música, que permite una formación previa en esta materia desde 1978, la cual tuvo éxito y se expandió a diferentes regiones del país, que la adaptaron a la naturaleza de su cultura, como pasa en Santa Cruz con la marimba y en el Caribe con investigación de música afrocaribeña.
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