Publicado: 2020-06-10

Los intentos que está generando el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) para conseguir una cura efectiva contra el COVID-19 tienen una relevancia que ya trascendió las fronteras nacionales. Esta lucha ante la crisis sanitaria mundial hace que tanto embajadores como misiones internacionales presentes en el país hayan mostrado su admiración ante el propio Presidente, Carlos Alvarado, por la investigación que realiza el ICP y que lo sitúa a la vanguardia planetaria.

Los tratamientos que desarrolla el Instituto contra este tipo de coronavirus se basan en la preparación de formulaciones de anticuerpos purificados del plasma sanguíneo, proveniente de personas que se curaron del COVID-19 o de caballos hiperinmunizados con proteínas de este virus. El objetivo es que esos anticuerpos ayuden a los pacientes hospitalizados por COVID-19 a eliminar el virus de su cuerpo de manera más eficiente y logren recuperarse en menos tiempo.

Este es el contexto que facilitó la firma del decreto Nº42369-S, que declara a este proyecto colaborativo entre la CCSS y la UCR como de interés público y nacional, el cual oficializó el mandatario durante la visita realizada al ICP el pasado jueves 4 de junio, en la que estuvo acompañado por el Rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Araya, entre otras autoridades ejecutivas y universitarias.

Ya desde hace muchos años, el ICP-UCR destaca por su papel trascendental en la fabricación de sueros antiofídicos para la atención de mordeduras de serpientes, tanto en Costa Rica como en otros países, sobre todo en aquellos que destacan por su pobreza en América Latina y África. Pero en la coyuntura de la pandemia, el gobierno y las personalidades institucionales reconocen que estos estudios para generar un medicamento que neutralice los efectos de este virus rompe cualquier paradigma anteriormente marcado, por el impacto humanitario que podrían llegar a tener.

En sus palabras ante el personal del ICP, Alvarado expresó su agradecimiento y admiración al equipo de investigadores: “(el ICP-UCR) es muy impresionante. Para nosotros es un verdadero gusto firmar esta declaratoria de interés público. Aunque el pronóstico aún es reservado, las estrategias de los medicamentos son muy alentadoras”, puntualizó Alvarado.

Por su parte, Araya recalcó que más allá del prestigio de la institución, estas investigaciones tienen como centro el bienestar de la humanidad: “en plena pandemia, este instituto está trabajando activa y productivamente en intentar desarrollar un fármaco capaz de salvar vidas. Y esta es una de las mejores cartas de presentación de nuestro país”, recalcó.

Para el director del ICP, Alberto Alape, el impacto que tiene la investigación de posibles medicamentos contra el COVID-19 se vio reforzado con la visita de Alvarado, aunque prefiere ser cauteloso con su éxito. “Los resultados hablarán cuando se demuestre la eficacia de estas iniciativas. Estamos haciendo todo lo posible y dando nuestro mejor esfuerzo para que estos sean positivos”, explicó.

También desde el punto de vista humanista, el reconocido investigador del ICP-UCR, José María Gutiérrez, se mostró esperanzado en que estos experimentos puedan favorecer masivamente a la humanidad: “tenemos la expectativa de que si los proyectos del instituto dan resultados positivos y se logra generar este recurso terapéutico, ese conocimiento pueda ser utilizado por otros grupos y países para crear productos similares, y así disminuir la mortalidad de esta pandemia que causa tanto sufrimiento”.

Además de observar los procedimientos para la producción de los posibles fármacos contra el COVID-19, el presidente pudo apreciar otros trabajos realizados por el ICP, sobre todo en materia de sueros antiofídicos. De hecho, Alape explicó que la producción de estos antídotos no se ha detenido, pues existen compromisos adquiridos de lotes que deben enviarse a diversos destinos en el mundo, debido a que los envenenamientos por mordeduras de serpientes continúan en medio de la pandemia.

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