Modelo solidario permite a estudiantes asistir a clases mientras sus hijos reciben atención integral
Publicado: 2019-10-09
El equipo profesional de la CIU se complementa con estudiantes que realizan Horas Estudiante y brindan apoyo solidario para el cuido y atención de los hijos de otros estudiantes.
Foto: cortesía Casa Infantil Universitaria / Sede Rodrigo Facio.
Sofía y Sara conocen bien la Universidad de Costa Rica (UCR), a pesar de que no estudian aquí. Han recorrido algunas de sus aulas, aunque no necesariamente a pie, sino de la mano o alzadas por sus padres. Aunque su edad puede contarse en meses, ellas también ‘son UCR’, pues son parte de unos cincuenta niños que recibe la Casa Infantil Universitaria (CIU) de la Sede Rodrigo Facio durante este ciclo.
La CIU no es una guardería ni un kinder. En efecto, su principal enfoque son estudiantes universitarios padres y madres, cuyas situaciones familiares o económicas dificulten la realización de sus actividades académicas. Sin embargo, el modelo de atención integral e interdisciplinario que se aplica en la CIU no solo permite cuidar de sus hijos mientras ellos estudian, sino además brindarles un enfoque especial al desarrollo de sus vínculos afectivos.
“La Universidad ofrece un lugar para acoger la construcción de la maternidad y la paternidad, propiamente desde su condición estudiantil. Así como la Universidad cuida de sus estudiantes, también cuida a sus niños para que no abandonen sus estudios, y lo hace promoviendo la salud, en particular la salud mental. No he visto que en América Latina haya otras propuestas universitarias con este enfoque integral”, indicó Milagros Jaime, jefa de la CIU.
En este 2019, la Casa Infantil Universitaria de la Sede Rodrigo Facio cumple 15 años de haberse fundado y consolidado como la instancia experta en primera infancia en la Universidad. A lo largo de este tiempo se han inscrito más de 734 estudiantes con sus hijos.
Diversos hitos han marcado la historia de esta Casa; por ejemplo, desde el 2010 forma parte de la Oficina de Orientación, perteneciente a la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, y así participa en los ejes académico y personal de dicha oficina. Además, el año pasado inauguró su nuevo edificio, ubicado diagonal a la Facultad de Ciencias Sociales, y con ello solventó diversas necesidades para brindar una atención integral a estudiantes y a los más pequeños miembros de la comunidad universitaria.
Una psicóloga, una maestra y una enfermera, así como tres asistentes de preescolar, componen el equipo de trabajo. Desde sus campos se realiza una detección temprana e intervención oportuna de problemas del desarrollo, implementando una evaluación del desarrollo psicomotor, observaciones conductuales, evaluaciones del desempeño y otros. En efecto, las pruebas auditivas, visuales y tamizaje del espectro autista son algunas de las que se aplican a todos los bebés y niños inscritos. Desde hace dos años, sus observaciones se brindan a madres y padres en un informe interdisciplinario integrado.
Pero uno de los motores fundamentales de la CIU son los estudiantes de carreras como Educación, Enfermería, Terapia Física y otras que, al cumplir Horas Estudiante, están con las niñas y niños mientras el personal profesional evalúa caso por caso.
“Son la base de nuestro servicio. Se trata de estudiantes que cuidan a los hijos de otros estudiantes, y también hacen vínculos muy lindos con ellos; es una relación muy solidaria”, explicó Jaime, quien añadió que este ciclo se sistematizó un plan de atención para estos jóvenes, con el cual se han venido capacitando en primera infancia, salud sexual y reproductiva e incluso en relaciones interpersonales.
Melissa Barboza es la mamá de Sofía, y estudia Diseño Gráfico en la Escuela de Artes Plásticas. Durante los últimos tres años ambas han sido usuarias de la CIU. “La experiencia ha sido magnífica; no solo por estar en la ‘U’, sino también por la calidad de atención que sé que recibe. Como mamá primeriza, y como estudiante, siento que ella para mí es un motor, yo ahora soy su ejemplo”, aseguró. Esta mamá obtuvo su bachillerato y se graduó el día de ayer; Sofía la acompañó.
Adrián Ramírez es el papá de Sara, y así como su pareja, Sheyris Sandí, estudia Ciencias del Movimiento Humano. Su hija ha estado en la CIU desde que tenía un mes de nacida. “Nos abrieron las puertas y, aunque nos daba inseguridad dejarla tan pequeña, vimos que era un espacio apto con personas muy capacitadas, que nos daba la tranquilidad para seguir estudiando. Sara les tiene mucho cariño, y es bonito ver que ella disfruta estar en la Casa Infantil, se siente segura”, explicó.
“La Universidad ofrece oportunidades educativas para promover la equidad, y no convertir la maternidad o paternidad en una barrera para continuar los estudios. Al contrario, la CIU potencia los vínculos afectivos y se ajusta a los modelos de crianza que han establecido los estudiantes padres y madres”, aseguró el Rector, Henning Jensen.
El entorno de la CIU facilitó la organización de algunos padres y madres bajo la Asociación de Estudiantes Madres y Padres (AEMAPA), oficialmente creada en el 2018 por el Consejo Superior Estudiantil de la Federación de Estudiantes (FEUCR), y que acoge a estudiantes que no necesariamente están inscritos en la CIU.
“Nuestro objetivo es organizar a padres y madres y lograr las mejores condiciones para que ‘maternar’ y estudiar sea posible en una universidad pública y de calidad”, comentó Adriana Quesada, presidenta de la asociación. En sus palabras, a pesar de que hace falta un censo, la asociación ha tenido contacto por lo menos con 250 padres y madres en la Sede Rodrigo Facio y otras sedes y recintos.
Dentro de los retos futuros, Jaime comentó la expectativa de ampliar diversos servicios (como charlas e información) a la población estudiantil en condición de maternidad y paternidad que no esté inscrita en la CIU. En palabras de Barboza y Ramírez, la ampliación del horario para cubrir clases nocturnas también sería ideal, pues actualmente la CIU abre de 6:30 a.m. a 5:30 p.m. Actualmente, la Sede de Occidente cuenta también con una CIU, la cual abrió sus puertas en el 2007.
Caterina Elizondo Lucci
Periodista, Rectoría
caterina.elizondo@ucr.ac.cr