UCR posee técnica única en Latinoamérica para mejorar tratamientos contra el cáncer
Publicado: 2016-09-14
La ATP-TCA ayuda a detectar la quimioterapia más adecuada para los diferentes tipos de tumores malignos, aunque no brinda una terapia curativa. Foto: Laura Rodríguez/ODI
Desde hace cuatro años, el Laboratorio de Quimiosensibilidad Tumoral, de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR), desarrolla una técnica única en Latinoamérica para detectar los mecanismos de resistencia y sensibilidad en tejidos cancerosos.
Esta técnica, llamada ATP-TCA, ofrece a los oncólogos del país una herramienta adicional para el tratamiento para sus pacientes. Los doctores Rodrigo Mora y Steve Quirós, funcionarios de ese laboratorio, dejaron claro que este proceso no es un tratamiento, sino una prueba para complementar las guías oncológicas y explicaron que tiene cuatro usos.
El primero de ellos se da en etapas tempranas de la enfermedad y consiste en hallar “protocolos equivalentes”, es decir, se apoya la búsqueda de tratamientos alternativos de eficiencia similar, mediante un proceso de prueba y descarte que se hace en el laboratorio se escoge el medicamento más adecuado contra un cáncer específico.
Otro uso de la técnica se da cuando el cáncer se encuentra en una etapa avanzada. En estos casos las guías de tratamiento tradicionales se agotan, las posibilidades de curación son menores y no es claro cuál quimioterapia debe suministrarse a cada paciente. Entonces, la técnica puede ayuda a prolongar la vida de los pacientes, al evitar el suministro de quimioterapia ineficiente y mejorar la calidad de su salud.
La tercera aplicación se da en tratamientos de “tumores raros” para los que no existen guías definidas (como sucede con el cáncer de páncreas), y el cuarto uso es la quimioterapia de tumores primarios de origen desconocido, nombrada así porque el cáncer hace metástasis en un órgano pero los especialistas no encuentran su ubicación original.
“Esta es una valiosa herramienta para los oncólogos en su terapia, siempre respetando las guías de tratamiento. Según los estudios, cuando este proceso se integra en el tratamiento, hay un aumento en la tasa de respuestas, con una mejora en su esperanza de vida, aunque no sea curativo. Es muy seguro para su aplicación”, aseguró el Dr. Mora. Agregó que, como es usual, si el ATP-TCA se usara en etapas más tempranas de la formación del tumor, la prueba funcionaría mejor.
El proceso para el desarrollo de la prueba inicia con la extracción del tejido canceroso, a partir de una biopsia o cirugía. Tras separar las células del tumor, se cultivan diferentes muestras junto con 12 diferentes agentes quimioterapéuticos. Una semana después se mide la cantidad de células vivas para saber cuál de todas las opciones es la más efectiva en el tejido analizado. Dado que las pruebas se hacen en el laboratorio, se reducen efectos secundarios para la salud del paciente.
“Todo el proceso depende del tipo de cáncer y si hay guía de tratamiento oncológico. Si esta se agota, la prueba podría ser un gran apoyo para el tratamiento”, dijo el Dr. Mora.
Por el momento, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) evalúa el costo/efectividad de la aplicación de este sistema en los pacientes con cáncer, aunque el Dr. Quirós afirma que la UCR está preparada para brindar el ATP-TCA al sistema de salud público.
“Por ahora este sistema está disponible solo para consultorios privados. Pero la idea es demostrar que el costo/efectividad para la Caja vale la pena. Es una innovación. Al principio, estudios que se han hecho señalan que solo un 2,5% de los pacientes comienzan usando una prueba como esta, pero luego la demanda de personas crece de una forma importante”, explicó el experto.
La Caja invierte al mes, para cada paciente, desde $2 mil hasta $100 mil en quimioterapias. Con la aplicación de la ATP-TCA el ahorro sería muy importante, pues la prueba evitaría gastar en tratamientos para tipos de cáncer que son resistentes a esos medicamentos. En cuanto al costo para realizar esta prueba, la UCR lo tasa en $2500 por persona, mientras que en Estados Unidos está valorado en $5 mil.
Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr