Publicado: 2015-02-11

De los casi 4 mil funcionarios administrativos que hay en la Universidad de Costa Rica (UCR), 1.359 (más de una tercera parte) han sido evaluados en las funciones que realizan, según datos suministrados por la Oficina de Recursos Humanos (ORH) de esta institución.

Pese a que la aplicación de este Sistema de Gestión del Desempeño no es nuevo, pues data de unos cinco años atrás, durante el 2014 su aplicación se aceleró y ahora son más las unidades académicas, oficinas y otras instancias que solicitan a la ORH su implementación.

La evaluación consiste en medir el desempeño de los administrativos por medio del cumplimiento de metas y el desarrollo de competencias, promoviendo la realimentación hacia la rendición de cuentas, la transparencia, la mejora continua en el contenido de su labor cotidiana y la eficiencia de la gestión administrativa.

En el futuro, este sistema deberá ser aplicado a toda la población administrativa, según una decisión tomada en setiembre del 2013, en el artículo 13 de la Sesión No. 5752 del Consejo Universitario.

Bajo este plan, el empleado y su jefe se reúnen y acuerdan aspectos a mejorar en la labor del primero, mediante metas que serán evaluadas después de un año. Trascurridos unos seis meses, ambos hacen un seguimiento de los objetivos planteados y se establecen medidas para corregir algunas circunstancias que no favorecen un buen desempeño, como falta de recursos o de capacitaciones para potenciar las capacidades del trabajador.

Pasado el período de un año, el funcionario y su jefe acuerdan una nota para la evaluación del trabajador por medio de una escala que va de 1 a 100, dependiendo de la cantidad de metas conseguidas y el éxito al lograrlas. Cabe destacar que la calificación sale de una negociación entre ambas partes. Los resultados finales se registran en un sistema informático.

Aunque en este momento una buena evaluación no es vinculante con el salario que reciben los empleados, el director de la ORH, Carlos Luis Arrieta, espera que, paulatinamente, se asocien los beneficios salariales adicionales al desempeño, como por ejemplo, la asignación de escalafones o el beneficio de mérito académico, entre otros.

“Por ahora lo que hay es un carácter correctivo, para establecer las falencias en términos de aptitud que pueden ser subsanadas con capacitaciones. Estas son impartidas por medio de la misma jefatura o por las unidades donde se encuentra el trabajador. Algunas de estas formaciones implican recursos adicionales, por lo que su realización debe contemplarse en el presupuesto anual. Serán solo para quienes las requieran, o sea, no van a ser abiertas a todos los funcionarios. Tampoco vamos a permitir capacitar a un mismo funcionario más de una vez”, explicó el jefe de la ORH.

Los principios laborales que se suelen evaluar a los funcionarios son: productividad, interacción, calidad humana, relación con las jefaturas, principios éticos, coherencia con valores de la institución, entre otros.

“La implementación de este sistema ha puesto en evidencia el desconocimiento que existe en muchas jefaturas sobre las labores que realizan sus subalternos y cuáles de ellas son propias de sus cargos. Hemos encontrado casos de jefes que dan a los empleados funciones que no les corresponden o trabajadores que no hacen las labores que deberían en su puesto”, explicó Arrieta.

Según el informe presentado por la Unidad de Gestión del Desempeño, la evaluación se aplicó el año pasado en tres sedes universitarias: la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, en San Pedro, en la que participaron 1094 funcionarios; la del Atlántico en Turrialba (51 funcionarios) y la de Guanacaste en Liberia (32 trabajadores), así como en el Recinto de Paraíso (44 empleados) y el Instituto Clodomiro Picado (138 colaboradores).

Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr