Publicado: 2015-09-23

Cuatro organizaciones de mujeres rurales se beneficiaron durante el año pasado de la asesoría del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) de la Universidad de Costa Rica (UCR), entidad que les ha ayudado en su proceso de producción y en la mejora de la conservación de sus productos, entre otros servicios.

Dos de esos grupos, localizados en Pococí y en Los Chiles, fueron capacitados por el CITA para utilizar la marca y la tecnología de dos de sus productos: “Pinticas”, galletas dulces y “Pintochips”, galletas saladas, ambas hechas a base de arroz y frijoles. Estas emprendedoras forman parte de la Red de Mujeres Rurales de Costa Rica, que reúne alrededor de 600 integrantes en todo el país.

Este esfuerzo otorgó a la UCR, en conjunto con la Universidad Nacional, un reconocimiento en la categoría de Innovación social de INNOVAGRO, que entrega el Comité Ejecutivo de la Red de Gestión de la Innovación para el Sector Agroalimentario (Red INNOVAGRO, que reúne grupos en América Latina y algunos países de Europa), al reconocer los esfuerzos hechos por la institución para crear nuevas oportunidades.

Todo ello ha repercutido en el fortalecimiento de los ingresos para las familias de estas mujeres, así como en la generación de empleo en cada fase de producción: la siembra de los granos que se utilizan para estos productos, el proceso de cosecha y la preparación final de los productos antes de salir al mercado.

“Nosotros atendemos grupos que se organizan para procesar alimentos. Principalmente brindamos asesoría en la parte tecnológica y en el análisis de producción que permite elaborar un etiquetado nutricional en los productos, por medio del Programa de Apoyo Tecnológico de la Industria (PATI), el que más usamos como vínculo externo”, explicó la directora del CITA, la máster Carmela Velázquez.

Apoyo Agroindustrial Rural (DAIR), que ayuda a los pequeños productores con fuentes de financiamiento, gracias a convenios con entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económica de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA), el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop) y otras organizaciones no gubernamentales, dependiendo de la actividad económica que la organización desarrolle.

“Los programas del CITA no trabajan solo con grupos específicos de mujeres, pero si organizaciones de este tipo están interesadas, los ponemos a su servicio y trabajamos con ellas directamente”, especificó la máster Velázquez.

La directora aclaró que la mayor cantidad de problemas que tienen estos grupos de mujeres no suelen ser tecnológicos sino de organización y gestión administrativa, que con frecuencia les dificulta la consolidación de su actividad económica.

“Se supone que el acceso a créditos para organizaciones de mujeres no es tan complicado, pero ellas necesitan mucho apoyo para temas de gestión administrativa. A veces no cuentan ni siquiera con una sociedad anónima que las respalde y tampoco tienen mayores bienes para responder ante los bancos que hacen el préstamo”, describió la máster Velázquez.

Toda entidad con características similares que se acerca al CITA en búsqueda de sus servicios es evaluada en función de sus necesidades. Para conseguirlo, se busca una fuente de financiamiento que facilite el apoyo económico y logístico, así como el potenciamiento de las capacidades de su negocio. Se analizan además otras posibilidades de fortalecimiento para las áreas más débiles de su organización.

Información proporcionada por el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UCR.

Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr