UCR investiga tendencias de suicidios en habitantes de Dota
Publicado: 2014-11-19
Según datos de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, Los Santos conformada por los cantones de Tarrazú, León Cortés y Dota es la zona que presenta mayor cantidad de intentos de suicidio por cada 100 mil habitantes en el país. Fue en Dota donde su alcalde, un pastor evangélico y un médico de la localidad decidieron pedir ayuda a la Universidad de Costa Rica (UCR) para investigar el por qué de tantos intentos de suicidios en un lugar con pocos habitantes (6.946, según el Censo Nacional del 2011). Las autoridades comunales solicitaron también la búsqueda de posibles soluciones para este fenómeno.
El rector de la UCR, Henning Jensen, en conjunto con el vicerrector de Acción Social (VAS), Roberto Salom, gestionaron la elaboración de una propuesta que creó el proyecto Desarrollo de Capacidades en la Comunidad de Santa María de Dota para la Prevención de Suicidios, desarrollada por las escuelas de Psicología y Sociología, en coordinación con la VAS.
La primera fase de esta iniciativa dio inicio a finales del año pasado. El grupo investigador está compuesto por la socióloga Carolina Castillo y la psicóloga Adriana Maroto, además de dos asistentes; todos ellos bajo la asesoría de Salom; del director de la Escuela de Sociología, Asdrubal Alvarado y del director de la maestría Clínica en Sociología, Manuel Martínez.
Después de un año de análisis, que conllevó la realización de entrevistas, una reunión con los Asistentes Técnicos de Atención Primaria de Salud de la zona (ATAPS), grupos de discusión y talleres con instituciones, adolescentes y mujeres, las investigadoras lograron identificar algunas características que podrían incidir en que Dota tenga la tercera tasa de intento de suicidios más alta del país (ver gráfico) y el décimo lugar de suicidios por cada 100 mil habitantes.
Entre los factores se encuentra el que Santa María, cabecera del cantón de Dota, sea una comunidad donde es normal que sus habitantes se conozcan, y por tanto se pierda cierta privacidad; la falta de espacios y actividades recreativas hace de los jóvenes víctimas presa fácil del consumo de drogas ilegales y legales (principalmente del alcohol), además de la violencia intrafamiliar, e inclusive de incestos.
Tanto Castillo como Maroto aseguran que si bien esos elementos no son causales directos de suicidio, sí se trata de problemáticas a tomar en cuenta para explicar el fenómeno. Además, señalan que aunque no hay casos de suicidios consumados todos los meses, los intentos de atentar contra la propia vida sí tienen esa frecuencia, al punto de que es bastante frecuente que personas de la comunidad conozcan a alguien que se ha suicidado, o que al menos lo ha intentado.
Entre los datos proporcionados por ambas docentes se afirma que por cada suicidio consumado hay entre 10 y 20 intentos fallidos y que un 20% de quienes intentan suicidarse lo vuelven a hacer en el lapso de un año. De ellos, un 10% de ellos lo consigue. En Dota, los adolescentes son quienes más intentan acabar con su vida.
Las investigadoras coinciden en que, pese a que la comunidad de Santa María tiene claro el problema, existe poca participación de sus habitantes para solucionarlo: “a veces convocamos a 20 personas y llegan solo 2”, ejemplificó Maroto, aunque Castillo agregó que aún están en el proceso de integración con la comunidad. Los resultados del trabajo de campo se presentarán a la comunidad en la primera semana de diciembre.
Para el próximo año, el proyecto impulsará acciones para prevenir el suicidio, para lo cual se implementarán procesos participativos y de concientización focalizados en adolescentes, jóvenes adultos, grupos de mujeres organizadas e instituciones locales.
Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr