Dr. Henning Jensen Pennington, Rector, Universidad de Costa Rica
henning.jensen@ucr.ac.cr
Publicado: 2013-06-28

Costa Rica vive momentos de una efervescencia social, que no encuentra respuestas adecuadas en las instituciones del Estado ni en los actores que tienen en sus manos la conducción política de la sociedad costarricense.

La ausencia de una interlocución confiable y predecible aumenta el escepticismo de la colectividad, la cual no vislumbra en el futuro una sociedad en la que se afiancen y profundicen los derechos conquistados y las libertades alcanzadas.

Más bien, la ciudadanía anticipa una erosión cada vez mayor de la democracia como un sistema de reciprocidad, cuyos logros no resultaron, en Costa Rica, de la inercia de la dinámica histórica, sino de la lucha de hombres y mujeres que le dieron a las generaciones posteriores sus más grandes esfuerzos, sus mejores ideas y en ocasiones hasta su sangre y su vida.

Nos preocupa profundamente la reiteración y acumulación de malas decisiones en el ámbito nacional, el errático accionar de personas con responsabilidad política que hoy dicen y mañana se desdicen, el acrecentado cinismo y la debilitada ética en la función pública.

La nación costarricense requiere de procesos y mecanismos políticos que promuevan la cohesión, so pena de que el tejido social continúe deshilvanándose. En las últimas tres décadas, el mercado ha sido privilegiado como instancia de regulación de la vida social, y ello ha provocado un sensible debilitamiento de un esquema solidario de Estado y sociedad. A pesar de ello, amplios sectores de la población no solo mantienen vigentes los valores y principios que inspiraron ese modelo, sino que luchan por recuperarlo y profundizarlo.

Sin caer en la nostalgia, sin idealizar una supuesta comunidad idílica del pasado, debemos rescatar el núcleo de autenticidad que se encuentra en la tradición social y política costarricense. No veamos en la privatización la única opción de desarrollo social. Por el contrario, busquemos soluciones que aumenten el bienestar colectivo, procuren superar la pobreza y la creciente desigualdad, faciliten la atención médica oportuna y eficiente, y humanicen nuestra relación con el entorno natural.

Construyamos juntos el camino hacia una vida en colectividad más justa y solidaria.