Archivo Histórico Musical atesora más de 460 partituras del compositor
Publicado: 2013-04-17
El sacerdote Julio Fonseca Mora, recibió en su casa al Dr. Henning Jensen, rector de la UCR, quien agradeció el gesto de su familia de donar la obra musical de su padre del mismo nombre a la Escuela de Artes Musicales (foto Anel Kenjekeeva).
La vasta obra musical del prolífico compositor costarricense de la primera parte del siglo XX, Julio Fonseca Gutiérrez, se preservará para las futuras generaciones de músicos en el Archivo Histórico Musical, de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Esto es posible, gracias a la generosidad de los hermanos Fonseca Mora, hijos del compositor, quienes desde hace muchos años habían decidido que el legado de su padre se donara a alguna institución nacional que conservara y difundiera su música. “Yo le decía a Mercy, una de mis hermanas, que gracias a Dios existe este archivo porque la música de papá no podía quedar empantanada en una casa”, dijo completamente convencido de su decisión, el sacerdote Julio Fonseca Mora, el menor de los hermanos.
A sus 88 años, el padre Pipo, como cariñosamente lo conoce sobre todo la feligresía de la iglesia de Barrio Luján donde sirvió 57 años, se muestra satisfecho de que sea la Universidad de Costa Rica la que de ahora en adelante vaya a dar a conocer la música de su padre.
En presencia del Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR, quien este lunes 15 de abril se acercó hasta su casa para agradecer ese gesto de su familia, Pipo recordó a su padre como un músico incansable -quien compuso gran cantidad de géneros musicales- y como un insigne trabajador, que durante años se dedicó a hacer copias manuscritas de diversas melodías, en su cargo de instrumentador oficial de bandas de Costa Rica.
Julio Fonseca tenía 13 años de edad cuando hizo su primera composición musical “Tardes de noviembre” (foto:Archivo Musical Histórico). Explicó que Julio Fonseca traía en la sangre ese don musical, ya que su abuelo don Malaquías también fue músico, al igual que sus tías, quienes desde niñas aprendieron a tocar el piano. “Como él era el menor se pasaba traveseando el teclado y poco a poco bajo la guía del profesor Alvise Castegnaro fue tomando confianza y a los 13 años ya estaba componiendo”.
Una vez que se graduó de bachiller en el Liceo de Costa Rica, el genio musical de Julio Fonseca fue reconocido por el gobierno de don Ascensión Esquivel Ibarra, y en la primera década del siglo XX fue becado por el Estado para ir a estudiar primero al Conservatorio de Milán, Italia, dos años, y luego al afamado Conservatorio de Música de Bruselas, Bélgica, donde recibió formación académica durante cuatro años más.
Patrimonio cultural
Para el rector de la Institución, Henning Jensen, recibir el legado de uno de los grandes compositores costarricenses del siglo pasado es algo realmente importante no solo para la Universidad de Costa Rica, sino para el Patrimonio Cultural del país.
Durante la visita, el Dr. Manuel Matarrita Venegas, director de Artes Musicales, interpretó en el piano del compositor que aún conserva su familia, el Vals Leda una de las obras más conocidas de Fonseca, en presencia de su hijo y el rector (foto:Anel Kenjekeeva).
“En Costa Rica a lo largo de la historia hemos sido lentos en reconocer el valor de nuestra propia creación musical, sobre todo de la que denominamos música culta, tanto así que siempre que pensamos en creación artística nos remitimos a la pintura y a la escultura, pero no a la música”, indicó Jensen.
Por eso, puntualizó, uno de los grandes méritos de la Escuela de Artes Musicales es haber creado este archivo, no solo para rescatar y conservar la creación musical nacional, sino para difundirla mediante ediciones especializadas.
Al respecto Zamira Barquero Trejos, profesora de la Cátedra de Canto y coordinadora del archivo, comentó que dado que los músicos no pueden trabajar con los manuscritos de don Julio, se está trabajando en la edición una de las misas y dos obras para orquesta, para ir insertando su música en el quehacer artístico musical del país.
“Para nosotros, en la Escuela de Artes Musicales, este es un gran compromiso, no se trata solo de rescatar y clasificar la música de compositores nacionales, sino divulgarla para que las generaciones de músicos que vienen para arriba tengan acceso a las partituras”, enfatizó Barquero.
Annette Seas Cascante, quien ha catalogado el material musical, Manuel Matarrita, Zamira Barquero y el rector Henning Jensen, compartieron con el padre Pipo, las remembranzas sobre su padre Julio Fonseca (foto:Anel Kenjekeeva). Agregó, que ese es un plan que han iniciado con la actual administración universitaria, lo que permitirá que se conozca mucha de esa música creada por don Julio entre la que se cuentan unas 25 obras para orquesta, otras tantas para coro y orquesta, música de cámara, composiciones para piano y canciones.Además del acervo musical, la familia Fonseca ha compartido con el archivo otro tipo de materiales que permite conocer más a fondo la vida del músico como son fotografías, documentos y hasta un diario de 1904, en el que el entonces joven Julio Fonseca, narra su travesía hacia Bélgica y sus experiencias en contacto con la cultura de ese país.
“Yo digo que puede ser que nuestra generación de músicos tal vez no logre valorar en su totalidad el trabajo que estamos realizando. Pero las próximas generaciones van a poder tener el material en perfectas condiciones y no como hasta ahora conservado en muy malas condiciones e inaccesible”, concluyó Barquero.
El origen del Archivo Histórico Musical se remonta a 1993 cuando la propia Barquero empezó a investigar sobre las mujeres compositoras en Costa Rica. Entretanto el Archivo Musical Digital, fue constituido oficialmente por la Asamblea de la Escuela de Artes Musicales, el 13 de abril de 2011. Actualmente conserva más de 3 900 obras de compositores costarricenses.
Rocío Marín G.
Periodista, ODI
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